Buenas,
Como ya avisé al hacer este weblog, de vez en cuando necesito soltar otros temas. Es mi forma de expulsar cosas. En próximos artículos hablaremos sobre macros con Excel, pero hoy tocan otras cosas.
Nuestro tiempo
Siempre he creido que hay dos maneras vivir: caminar por la vida, o caminar hacia la muerte. Hay muchas formas de plantearlo, ser positivo o negativo, ver el vaso medio lleno, medio vacío. Da igual, en todos los casos son simplemente dos formas de caminar.Muchas veces me siento y dejo la mente en blanco, buscando encontrar un camino diferente, una manera que me permita asimilar todo lo que pasa alrededor, pero es difícil, no sé cómo encontrarla.Estamos acostumbrados a ver las cosas, oirlas, pero ni las miramos ni queremos escucharlas. Mientras pasen lejos de nuestro entorno, no pasa nada. Cuando pasa cerca, hay como una explosión de sentimientos encontrados que nos derrumban, que nos superan. Pero, ¿qué hacemos?. ¿Nos derrumbamos?, y… ¿después qué?. Quizás lo peor de la vida son esas situaciones en las que nos sentimos impotentes, en las que querríamos tener una solución mágica y no existe. Simplemente vemos las cosas, pasan y estamos allí en medio, observando, sintiendo… y nada más. No podemos hacer nada más. Por nadie, por nada. Simplemente estamos. Y ¿qué podemos hacer? Nada. La respuesta es siempre nada. Estar ahí, dejar que nuestro cariño contamine el ambiente y buscar un rincón que nos permita tener soledad, tranquilidad. A menudo que nos permita llorar a solas.Cuántas veces vivimos situaciones que nos angustian, que nos tienen casi derrotados, y al final todo se soluciona, misteriosamente no ha pasado nada. Nos alegramos, olvidamos el rato que hemos pasado e incluso nos permitimos el lujo de podernos reír de ello. Pero, y ¿si cuándo no tiene solución? Todo continúa.El tiempo tiene esta trampa. No para, no cesa, siempre al mismo ritmo, siempre continua. Y nosotros también. Siempre continuamos, siempre estamos. Sí, SIEMPRE. Para mí la palabra siempre es muy importante; es un sostén, un punto donde apoyarme cuando las cosas van mal. Sin ella no podríamos evitar el tiempo. La palabra siempre es nuestra memoria. La memoria es quien nos da vida, nos refuerza, nos proporciona compañía. Mientras tengamos memoria, podremos pensar en aquellos que ya no están, y en ese mismo momento volverán a estar allí, con nosotros, les podremos explicar nuestras cosas, nuestras penas, nuestros triunfos. Se lo explicaremos todo. Es una contradicción interesante: siempre, tiempo. El tiempo pasa, es un ciclo continuo que se repite eternamente, que se repite SIEMPRE. Sin embargo, para nosotros SIEMPRE es sólo una porción de este tiempo, es nuestro propio yo, nuestro tiempo… y el de los nuestros. Es difícil entender que nuestro tiempo acaba, cuando es un ciclo continuo, infinito, sin aparente final. En cambio la vida, es un ciclo, un ciclo continuo con su inicio y si final. Pero ¿cuál es el verdadero final? ¿Acaso cuando morimos dejamos realmente de existir?Yo creo que no, mientras tenemos memoria, mientras tenemos recuerdos, mientras alguien se acuerde de nosotros y podamos intercambiar sentimientos seguiremos ahí. La vida es un camino, un camino lleno de rachas, de baches, de grandes épocas. Hay épocas en las que no somos capaces de reconocer lo felices que somos, mientras que hay otras épocas en las que no vemos salida a ese negro tunel, en las que todos los caminos nos reducen a la nada, en la que no vivimos ni queremos vivir. Pero pasan, siempre pasan y vuelven a venir épocas buenas, y es en ese momento cuando muchas veces nos sentamos y pensamos: Qué coño!!… vamos a vivir. Vamos a disfrutar de lo que tenemos.Es importante aprender a darse cuenta de todo lo bueno que tenemos, y de todo lo bueno que nos rodea. Podemos vivir mejor o peor, podemos tener más o menos problemas, pero el tiempo siempre pasa. Es continuo, no se para ni se detiene por nada. Siempre continua. Hemos de aprender a vivir, y sobretodo analizar esas épocas malas y utilizarlas de la mejor manera cuando llegan las buenas rachas. Saber aprovechar cada pequeño momento de amor, cada momento de soledad buscada, cada sentimiento positivo. ¿Qué más podemos hacer? Nada, vivir y recordar. Ese es nuestro camino. Eso sí, los recuerdos nos han de ayudar a vivir, nunca nos han de derrotar. Si tenemos recuerdos, es porque estamos vivos, porque hemos vivido cosas buenas, con las cosas las malas convivimos, están ahí, duelen, caminan a nuestro lado, pero no debemos dejar que nos derroten.
Venga,
Hasta siempre.
No sé bien porqué, el paso del tiempo y la necesidad imperiosa de retener los recuerdos en la memoria siempre me acaban llevando a la poesía. Y ahora mismo, mientras escribo estas líneas me acercan a Manrique y a José Agustín Goytisolo.
La verdad es que este texto lo escribí hace unos tres años, hoy mientras lo releía antes de subirlo a mi weblog me han vuelto a venir los versos de Manrique. Os recuerdo dos fragmentos de Coplas por la muerte de su padre. No sé, me apetece añadirlos.
Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte,
contemplando
cómo se passa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;
cuán presto se va el plazer,
cómo después, de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parescer,
cualquiera tiempo passado
fue mejor.
…
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros, medianos
y más chicos,
allegados son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos.
(Fragentos. Coplas por la muerte de su padre, Jorge Manrique)
DavidH